Barreras invisibles en “El niño con el pijama de rayas”, de John Boyne



Barreras invisibles en “El niño con el pijama de 

rayas” de John Boyne


Redactado por: Erlita Chilcón, Jimena Bazán y Stephany Briones

 

Imagen: https://www.iberlibro.com/ni%C3%B1o-pijama-rayas-John-Boyne-Salamandra/30321187684/bd


John Boyne en su libro “El niño con el pijama de rayas” manifiesta una crítica evidente a las actitudes superficiales de las personas frente a las diferencias sociales y económicas en el periodo del holocausto de la Segunda Guerra Mundial, por medio de las interacciones de sus personajes y las situaciones que estos enfrentan. Este conocido autor, juvenil e infantil en la mayoría de sus relatos acostumbra a usar la inocencia de sus protagonistas como el medio principal para evidenciar notoriamente el mensaje que quiere transmitir a sus lectores. Tal como se muestra en “La casa nueva”, donde Bruno, inocentemente, ajeno a perjuicios sociales, entabla la siguiente conversación con María, quien es sirvienta en su casa:

         ¿Tú qué piensas de todo esto, María? –preguntó Bruno.  

         ¿De qué? –dijo María. 

         De todo esto. De que hayamos venido a un sitio como éste. ¿No crees que estamos cometiendo un grave error quedándonos a vivir aquí? – le contestó Bruno. 

         Yo no soy nadie para opinar sobre esto, señorito Bruno. Tu Madre ya te ha explicado que es por el trabajo de tu padre –argumentó María. (Boyne, 2009, p. 14)

En el anterior fragmento se muestra claramente la existencia de las diferencias entre la servidumbre y los señores de casa, mostrando en primera instancia la barrera abismal que existe entre las personas que viven bajo el mismo techo, pero que no gozan de la misma estabilidad económica. El hecho de que María diga: “Yo no soy nadie para opinar sobre esto” frente a la pregunta de Bruno sobre la mudanza desde la ciudad a un lugar alejado, representa la visión que muchas personas tienen sobre las clases sociales, en donde se cree que la servidumbre o las personas que están bajo la tutela de alguien más poderoso o rico, son menos importantes que las otras. Además, las mismas personas que están en esta posición se consideran menos que el resto, y piensan que no tienen ni la dignidad, ni la voz para hacerse escuchar y hacer escuchar sus opiniones. 

 

Se sabe que la clasificación social es una práctica se ha llevado a cabo desde tiempos inmemorables; sin embargo, que lleve siglos aplicándose no quiere decir que sea necesariamente correcto. En este extracto, se nos muestra la realidad del mundo en el que vivimos, haciéndonos reflexionar sobre las bases en las que se ha construido nuestra sociedad, y sobre las ideologías que la dominan. En este sentido, la división de las personas en clases sociales y la creencia de que las que no están en la cúspide de la pirámide socioeconómica no tienen el suficiente valor como para defender sus derechos es un tema que realmente debería cuestionarse.  

 

Del mismo modo, en el capítulo “La tonta de remate”, se logra apreciar cómo las apariencias y el poder adquisitivo dentro de la sociedad son más valorados que la dignidad de las personas, bajo el concepto de que los ricos pueden hacer lo que quieran solo porque tienen dinero. Esto deja entrever que el mundo en el que hemos vivido siempre ha sido corrupto y que ha estado regido por el dinero. En este contexto, cuando Bruno y su hermana Gretel hablan sobre la casa a la que se habían mudado y el nombre que esta tenía, se hace una revelación que cambia por completo la perspectiva que se tiene del padre de Bruno, hecho que se muestra en el siguiente fragmento:

 

         Pero, ¿por qué ese nombre? –preguntó Bruno, nervioso. 

         Auchviz era la familia que vivía aquí antes que nosotros, supongo. El padre no debía hacer bien su trabajo y alguien dijo: “Marcharos, ya buscaremos a otro que sepa hacerlo mejor” –contestó Gretel. 

         Te refieres a Padre –expresó Bruno. 

         Claro –dijo Gretel (Boyne, 2009, p. 20)

Dentro de la conversación se puede notar claramente cómo es que el padre de Bruno adquirió la casa donde se encontraban por el hecho de que el anterior dueño “no hacía bien su trabajo”. Esto evidencia que se adueñó del lugar porque los otros propietarios no contaban con el suficiente dinero como para seguir viviendo allí. Además, se puede notar que desde siempre el dinero ha sido clave para resolver “malentendidos”, y dentro de este fragmento se logra deducir cómo una persona adinerada muchas veces utiliza sus recursos para pasar por encima de otros. El padre de Bruno representa claramente el significado de que “el dinero lo compra todo”; por su parte Bruno, representa la inocencia, pues es un niño curioso, que poco a poco logra descubrir cómo es la sociedad en la que ha vivido.

 

De lo mencionado podemos reflexionar sobre cómo el dinero ha influido constantemente en el comportamiento de las personas, ya que muchas veces se usa para el beneficio del más poderoso y para la desgracia del más pobre. A raíz de esta fracción del texto, nos cuestionamos si realmente nuestra dignidad vale menos que un puñado de dinero.

Del mismo modo, se nos muestra las discrepancias sociales en las que se ha asentado el mundo y cómo es que, a partir de las diferencias económicas, la vestimenta también forma parte de la distinción social. En este aspecto, el autor usa la vestimenta de los judíos y de los militares para demostrar el diferente rango o clasificación dentro de la época del holocausto, mostrando las desigualdades presentes en todo momento. Particularmente, cuando Bruno observa por la ventana de su habitación y piensa sobre la situación que está presenciando, se menciona que:

 

Todas las personas de ese campo llevaban la misma ropa, aquellos pijamas y gorras de rayas, y todas las personas que paseaban por la casa de Bruno llevaban uniformes con muchos adornos, llevaban armas y siempre estaban muy serias. Bruno se preguntaba sobre quiénes tenían que llevar el pijama de rayas y quiénes el uniforme ¿Dónde estaba exactamente la diferencia? ¿Y quién decidía quiénes llevaban el pijama de rayas y quiénes llevaban el uniforme?  (Boyne, 2009, p. 67)

 

La división de las personas en dos grupos sociales representa nuestra cruda realidad, ya que de alguna manera siempre se han separado a las personas en dos extremos, asignándoles roles distintivos en la sociedad. Los “privilegiados” son claramente los que gozan de mayor parte de los beneficios de un lugar, mientras que los “menos privilegiados” luchan cada día por seguir adelante. Bruno se pregunta por qué existe esta división y busca respuestas de alguna manera. Sin embargo, hoy por hoy tampoco se han podido develar las razones de tal división y mucho menos quiénes son los que específicamente deciden eso. El significado de los uniformes que lleva cada grupo en el texto va mucho más allá de la simple ropa, evidencian el poder que puede someter al mundo, así como los oficiales a las personas con “pijamas de rayas”.

 

La situación vivida durante el holocausto no pierde vigencia, de hecho, en ciertas circunstancias el divisionismo y la diferencia se profundizan cada vez más, debido a que los intereses egoístas de los hombres continúan creciendo. Por ello nos preguntamos: ¿acaso no somos también nosotros parte de este círculo vicioso? Muchas veces hemos etiquetado a las personas y las hemos clasificado según términos como pobre o rico, o incluso como raro o diferente.  El texto nos da una mirada más sensible y humana a la crueldad con la que vivimos, tratando de dividir a nuestra sociedad en dos. La historia nos deja con un sinsabor que puede ser compensado con nuestras acciones futuras y con lo que respecta a nuestras actitudes de aquí en adelante.

 

En definitiva, el libro "El niño con el pijama de rayas" de John Boyne es sin duda alguna una obra de arte que nos hace reflexionar sobre la situación vivida durante la época del holocausto de la Segunda Guerra Mundial, en donde se evidencia la injusticia política y social por las diferencias entre las personas en ese contexto, tal como se muestra en el pensamiento de que la valía de las personas solo se basaba en su clase social y que del mismo modo, el dinero fue usado solo para el beneficio de quien lo tiene a su disposición, expresado en una de sus formas más ridículas por usar un tipo de ropa diferente. El libro, nos da una mirada más humana al pasado y a las implicaciones de la guerra, pero que efectivamente nos ayuda a ver desde la perspectiva inocente de los niños que los conflictos y las diferencias sociales solo provocan dolor y tragedia en el mundo.

 

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